Salcedo, martes 5 de abril, 2011
Nuestra sociedad está en peligro
Los recientes hechos que se han sucedido en la provincia Hermanas Mirabal, han sido más que suficiente para llegar a la conclusión, de que algo malo, muy, pero muy malo está pasando en nuestra sociedad.
No pasan 72 horas sin que en cualquiera de los rincones de esta provincia suceda un hecho que haya que lamentar y en donde más que aterrados, nos sintamos con ese sentimiento de culpabilidad por pertenecer a una sociedad que poco a poco se torna putrefacta y sobre todo cómplice por proteger con nuestro silencio ese maldito cáncer que se llama: violencia, delincuencia y narcotráfico.
Aquí lo que vemos es un sistema judicial que por momento nos llena de vergüenza y un cuerpo policial con ramificaciones y maridaje con sectores oscuro que nos ponen los nervios de puntas al sentirnos desprotegidos por tantos males que en este breve escrito no es posible enumerar.
Robo, atracos, apariciones de personas muertas de manera sospechosas, chismes entre nuestra clase política, denuncias constante de corrupción y desaliento generalizado es lo que los medios locales y nacionales transmiten cada día en sus respectivos espacios.
Ante tantas negatividades que estamos observando, se hace necesario y urgente que nos revisemos y entre todos unificar criterios para que esta provincia recobre su espacio y vuelva a ser lo que un día soñaron esos grandes titanes forjadores de los más limpios y nobles ideales de progreso.
Creemos que todavía estamos a tiempo. No todo se ha perdido. Recordemos que de las grandes crisis surgen las mejores oportunidades y en estos momentos en que nos arropamos con la sábana de la inseguridad, es el momento propicio para que nos cobijemos todos y nos demos una palmadita para retroceder y tomar el camino de la superación como pueblo.
Esta provincia no puede sucumbir, aquí nos merecemos otra oportunidad, pero la misma tiene que ser sobre las bases de la sinceridad y sobre todo, tomando como parámetro la palabra progreso colectivo en base a lo que es la sincerización de todos aquellos que podemos hacer algo para ser lo que queremos y no lo que agentes negativos que pululan por nuestro alrededor desean, como es la destrucción, y eso, eso no es lo que queremos.
Salcedo, Villa Tapia y Tenares, son pueblo buenos, con capacidades productivas que se tornan envidiables para cualquier zona del país, y sobre todo con gentes laboriosas que lo que quieren es trabajar y trabajar para conseguir sus nobles propósitos.
No solo el gobierno tiene la responsabilidad cimera de diseñar planes tendente al desarrollo colectivo, es responsabilidad de todos poner nuestro granito de arena antes que sea demasiado tarde y que como borregos corramos al muro de las lamentaciones por no hacer lo que debimos y nos sumergimos dentro de la espiral de las culpabilidades externas.