Salcedo, martes 1ero. de julio, 2014
Héctor Blanco: Un artista plastico Orgullo Salcedense
Por José A. Burgos
misalcedo.com._ Quiero hacer honor a un texto excelente que con el titulo "La Cosmovision de Héctor Blanco" escribieron en el año 2007, un texto que le hace honor a la vision de este artista de la plastica, un reconocido pintor dominicano que desde antes y 7 años despues de ese texto, a dejado plasmado su arte en paredes urbanas, galerias de arte, galerias particulares, oficinas privadas y gubernamentales, rutas de murales del país y del extranjero y ahora nuestra iglesia San Juan Evangelista en su remodelación, exhibirá en su cupula, un hermosisimo mural religioso obra de este artista Salcedense.
Hector Blanco es un orgullo de Salcedo, un hijo de la provincia Hermanas Mirabal que ama su pueblo, su gente y su tierra, yo tengo el honor de adornar una de mis paredes con una de sus obras, aqui les dejo el texto y mas adelante estaremos haciendo una recopilación de sus murales y algunas de sus obras mas importantes.
"La Cosmovision de Héctor Blanco"
La visión del cosmos, del universo, que tiene el artista difiere necesariamente de la del hombre común. Algunos en realidad no tienen visión del cosmos o no tienen visión alguna. Son los miopes del arte. Héctor Blanco arremete los muros de la "Fundación Global"para colgar su arte sincero y vital. Acaso estos dos atributos pueden hallarse, sin mucho esfuerzo en todo lo que ha trascendido de la creación artística del mundo.
Aun en lo abiertamente kitsch o figurativo, el artista tiene la libertad de mentir, pero las mentiras del arte deben ser sinceras. Deben susurrar al oído o al ojo sus más íntimas verdades. Una exposición de arte en verdad es un acto de secreta complicidad entre artista y espectador aunque se haga en público. El espectador, como un vidente, acerca el oído y el alma artística, si los tiene, a la fría superficie del lienzo, de la talla o instalación o a las notas que se arrancan de los instrumentos o las voces. Con lo captado hace una autobiografía de lo que recibe. Recibe lo que ya tiene dentro.
El otro aspecto, el aspecto vital del arte, consiste en lo que tiene que decir la obra, en su vitalidad en su vida propia. Y esta vida a que nos referimos no es la vida vulgar de los sentidos y la existencia achacosa y llena del tedio vital de que hablaba Sartre. Es la vida del sentimiento, de los latidos del alma, la del arte por el arte.
"Visión Cósmica "es el titulo de esta muestra individual de este artista de Salcedo y del Mundo que describe su visión personalísima del arte y del mundo, donde no faltan sus Cristos y la visión incidental dos veces milenaria, del Cristianismo.
Ocres, sienas, tonos tierra sobre lienzo en la técnica rey del óleo se enfrascan en este discurso creativo. El creador nos introduce en su mundo, dándonos una palmada en el hombro o empujándonos a participar de la fiesta en el jardín encantado de su hechura. Nos sentimos acogidos en el espacio infinito de su cosmos mientras escuchamos sus mentiras seductoras y vamos visitando cada espacio de su mundo creativo.
La iglesia católica, universal, ha mantenido una labor de mecenazgo, impulso y rescate del arte, no solo sacro, a lo largo de la historia. Su doctrina que permite la representación de Jesucristo, la Virgen Maria, los Apóstoles y Mártires, junto a figuras celestiales , contrario a la fe protestante y al islamismo, ha permitido conservar y aportar un enorme legado cultural para deleite, veneración e inspiración de toda la humanidad. En el arte no hay dogmas.
La representación artística de la divinidad, cuya prohibición, como ya dijimos, en otras confesiones , ha hecho que disfrutemos de un legado artístico maravilloso de formas y arabescos que enriquecen el llamado arte morisco, fruto de la presencia por cuatro siglos de los árabes en la Península Ibérica ; ha permitido las imágenes de la Encarnación de Dios en Cristo, las imágenes de santos, arcángeles, madonas , angelotes y otras figuras del coro celestial, que han enriquecido la historia del arte.
En la" Visión Cósmica" de Héctor Blanco, se cumple la finalidad fundamental del arte, que es la de ser dirigido a la contemplación, al deleite de ser visto, oído, escuchado. El arte debe pasar por el filtro de los sentidos. El arte sacro une al goce de la contemplación meramente estética el deleite de la contemplación mística .Une al mero placer de los deliquios del arte, la reverente adoración del creyente que evoca, en un acto de fe, la presencia física y palpable de la divinidad.
Su intencionalidad creativa procura hacer una conjunción, una complicidad entre pasado clásico, consagrado, y presente vanguardista contemporáneo. Esto refuerza el criterio de la atemporalidad del arte. El buen arte pertenece a todas las épocas de la humanidad, desde las pictografías del arte rupestre hasta las estatuas monumentales y urbanas de Fernando Botero, pasando por las seductoras botellas de Coca Cola de Andy Warhol.
Texto y fotos tomados de Clave Digital (7-27-2007)