Integración y unidad
Hicimos un llamado a la integración y a la unidad de toda la familia perredeísta. Aprobamos por la Convención de Delegados una amnistía para todas las personas que habían sido expulsadas del PRD, como una forma de contribuir a la integración. Firmamos un Protocolo de Integración que fue posteriormente violado e ignorado.
Nos reunimos con el pasado candidato cada vez que él lo solicitó. Pero su único interés en esas reuniones era coordinar lo relativo al acto de proclamación y juramentación de su candidatura.
Demostramos con hechos que no albergamos odios ni rencores. No conocemos la envidia. No nos motiva la venganza. No hay razones ni espacio en nuestro ser para la frustración ni el rencor.
Nunca he cometido una sola acción en contra de mi Partido. No he votado nunca ni he mandado a votar en contra de nuestros candidatos y tampoco he desconsiderado nunca a un compañero o compañera del Partido.
Entregamos al PRD como el Partido más votado, en el lugar no. 1 de la boleta electoral, con más de 25 puntos por encima del PLD en todas las encuestas. El PRD estaba a las puertas del Palacio Nacional. Pero había que conducirlo con inteligencia y madurez, sin embargo, el triunfalismo, las exclusiones y la soberbia contribuyeron, junto a otras causas, a la derrota del PRD.
Un candidato debe tener como única agenda ganar las elecciones, pero en esta ocasión no fue así, y ahora pretenden dividir al PRD, contribuyendo así a fortalecer a los adversarios de nuestro partido.
Es oportuno ahora enumerar acciones relevantes que desde la Presidencia del PRD fueron desarrolladas en favor de nuestro Partido y sus candidatos en las pasadas elecciones.
Atendiendo a la solicitud del candidato, designamos sus delegados ante la JCE. Además de lograr que se reconociera al partido la casilla numero 1 de la boleta electoral, contribuimos a que no se incluyera la foto de los candidatos vicepresidenciales en la boleta, tal como lo solicitaba el candidato de nuestro partido.
Colocamos vallas en todo el país llamando a a votar blanco en la casilla 1 del PRD. Participamos en la solución de la crisis del Centro de Cómputos de la JCE, logrando que al candidato se le otorgara una representación en la Gerencia Colegiada de Informática.
Entregamos el monto sin precedentes de 170 millones pesos al candidato, y tenemos saneadas las cuentas del partido.
Otro logro de extraordinario valor fue la organización de la convención de los y las diputadas de ultramar, quienes tuvieron la capacidad para superar a los candidatos oficialistas.
Nuestros adversarios internos han señalado que no nos integramos a la campaña. Pero lo cierto es que nunca hubo una disposición real y sincera en procura de nuestra integración a las actividades del comando de campaña. Sí lo hicimos desde nuestra posición de dirección nacional institucional del partido.
Lo que sí pudimos ver fueron las frecuentes declaraciones del candidato y de los directivos de su campaña de que "se gana como quiera, con Miguel o sin Miguel; de que el PRD estaba unido en más de un 99.9 por ciento; de que éramos la ñapa, y que no estábamos en el line up del candidato y un sin número de artículos, declaraciones y expresiones desconsideradas e irrespetuosas contra nosotros.
Soportamos en silencio durante todos estos meses, con paciencia, prudencia y moderación, para no afectar las posibilidades electorales de nuestro partido y sus candidatos. Nunca dimos una declaración que afectara la campaña del candidato.
Pretender culparnos de la derrota electoral del 2012 es ignorar que el PRD ganó 14 provincias, las mismas donde en el 2010 teníamos ganadas las senadurías y no se obtuvieron por la acción quirúrgica en perjuicio de nuestros candidatos, pese a lo cual el PRD fue el partido más votado.
La realidad es que aunque todas las encuestas indicaban que más de un 70 por ciento de la población aspiraba a un cambio de gobierno, el candidato del partido no fue capaz de convertir ese descontento en votos a su favor.
Compañeras y compañeros, el PRD tiene que mirar hacia el futuro. Aprender de las lecciones del pasado y vivir el presente con la mirada puesta en el porvenir.
El PRD no terminó el 20 de mayo. No podemos seguir repitiendo los mismos errores. El PRD tiene que renovarse para trabajar en la readecuación de una nueva estrategia de cara a su rol de opositor firme y responsable al nuevo gobierno.
Debemos programar con tiempo suficiente nuestra participación en las elecciones congresuales y municipales de Febrero del 2016, en las que muchos de ustedes aspirarán a ser senadores, diputados, alcaldes y regidores, así como para las elecciones presidenciales de ese año.
Compañeros y compañeras es hora de fortalecer este instrumento de la democracia, asumiendo todos nuestra responsabilidad histórica de servirle a los más elevados propósitos de la Nación.
En toda su historia el PRD ha atravesado por momentos difíciles. Pero cual Ave Fénix, siempre ha sabido levantarse, como bien decía nuestro inolvidable José Francisco Peña Gómez.
Ahora no será diferente. Estoy plenamente convencido de que por encima de las legítimas aspiraciones que todos podamos tener, se impondrá la verdad y la razón, y los verdaderos perredeístas, jóvenes y viejos, mujeres y hombres que amamos este partido, estaremos del mismo lado, defendiendo este tesoro de la democracia dominicana.
Concluyo mis palabras reiterando nuestra exhortación a no dejarse perturbar ni provocar para que continuemos fortaleciendo a este gran partido de la esperanza nacional.