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QUE PASA EN SALCEDO

Artículo para reflexionar

 

  Había una vez, que en cierto lugar de la República Dominicana, había un pequeño pueblecito  llamado Salcedo, en él convivían gentes pacíficas, gentes con una sobrada moral que enaltecía a quienes por la fuerza o la razón se resignaban a dejarlo para buscar su "Sueño Americano", o "Capitalino", gentes que en realidad, eran comunes que solo querían la tranquilidad y la estabilidad.

 

  En ese pueblo, no había más deportes que no fuera el de la camaradería y la superación en base al trabajo serio de quienes se adelantaban en edades cincuenterina.

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  En ese pueblo llamado Salcedo y que ocupa un lugarcito muy pequeño en la historiografía nacional había una guagua propiedad de Fellito Ritz, que al igual que Bolívar y Apolinar Cepín de Rabo Duro, La Onza de Alto de Piedra y Virilo, deambulaban en las madrugadas por toda la ciudad en busca de sus pasajeros a domicilios para trasladarlos a la capital, travesía que duraba entre 3 y 4 horas.

 

  En ese pueblo habían muchachos y muchachas organizados en clubes, en partidos de izquierdas, en centros comunales, se escuchaban las misas con un cura que si mal no recuerdo se llamaba Félix Azcarate, el cual organizaba junto a una tal Cafesa (Campesinos Federados de Salcedo), hoy desaparecida un evento, ¡que pa qué te cuento!,  que se llamaba, la Muestra de la Cultura Campesina.

 

  En ese pueblo creo que todavía hay un liceo que se llama Emiliano Tejera, en donde por cualquier quitemetapaja se armaban unos rebuces con la policía ¡ah, pero eso eran en tiempo que gobernaba un asesino llamado Balaguer!, en donde los principales protagonistas, eran muchachos con ideas revolucionaria tales como Chevo del Cholongo, Mape y otro llamado Sócrates, que según los viejos del balaguerato, eran los jodónes del pueblo, pero que va, esos muchachos lo único que querían era el bienestar para su pueblo, y que pena, nunca lo consiguieron ¡que vaina coño!.

 

  En ese pueblo, creo que habían curanderas, casas de cita o maipiolería, ¡si ombe!, eran aquellas en donde las damiselas con rescato o sin él se metían y por unos cuantos pesos donde Mora la Gorda, la Vieja Caró,  Mesón, Rosa Roque, La Men, Ana La China o Blanquita, se daban unos gusticos que ya tu sabes, no sin antes el parroquiano ese que pretendía buscar satisfacer sus apetitos con la dama vedada o del bar, pasar antes por lugares que como el Farolito Rojo, El Canada Bambú, El Lucaya, El Conejo Negro, La Piragua a jartarse de Bermúdez "Caco Largo" o quienes eran más "rescatados y de la higt ligt" iban y primero con un Jonnnie Negro, se daban un jumo de "clase" a la Buá, al Saimeiga, al Angel o al Almendro Bar, para después  ir y pasar parte de la noche con su querubín prohibido.

 

  En ese pueblo no existía el peligro del Sida como ahora, nooooo, en ese pueblo lo más que te pegaban a través de una relación de las llamadas pocos serias,  era una Sífilis, una Gonorrea o una Creta de Gallo, pero de lo otro nadadita de nada.

 

  En ese pueblo, no existían las basuras esa de Dady Yankie, ni la otra vaina esa de Ivin Queen, con su gasolina y su contaminación mental  los jóvenes ese pueblo solo escuchaba,  a Felipe Pirela, Lucho Gatica, María Luisa Landín, El Trovador Codina, Los Panchos,  de los merengueros te puedo mencionar a Jonny Ventura, Cuco Valoy, El Conjunto Quisqueya y otros que por mi marchitada memoria casi no recuerdo.

 

  En ese pueblo, los políticos de los perredeses y reformistas, eran los Pachínes Ortega, Fello Acosta, Virín González, del otro lado, de los blanco estaban Buena Ventura Núñez (Peña Gómez, el que era gobernador), José Agustín Infantes (el que fue síndico), porque los peledeses eran muy poquito, ¡es más, en este pueblo habían muy pocos peledeses, porque lo tatuaban de comunista!, que yo recuerde en el barrio de Cholongo, estaban Fremio y Fica, en el Hoyo Herminio Padrón, y en Ojo de Agua Jaime David, que yo recuerde no eran tantos como ahora.

 

  En ese pueblo, los barrios se distinguían por sus tradiciones, por ejemplo, en el barrio El Cementerio Viejo, estaba el Club Alexis Brache, en la Amargura había un híbrido entre el Fuerza Juvenil y la política, sobre todo porque habían muchos comunistas y por eso la "perrera", que manejaba Antonio y en donde "El Diablo Negro", siempre iba con su cara de poco amigo, nunca dejaba de darse su vueltecita por ahí, "siempre salía premiada", "siempre llevaba pobres infelices al cuartel", con el consabido mensaje "el teniente te quiere ver" y ya tu te imagina la paliza que te esperaba en el cuartel, en donde el primer saludo te lo daba uno de esos policía bellaco y aburrido, listo para entrar en acción contra tu cara y el cual con un guevoetoro en la mano te aplicaban rudos golpes hasta que te dejaban inconcientes.

 

  En ese pueblo, como les contaba, en el barrio El Hoyo se caracterizaba por los chicharrones de Mita y Nena, los de Lucía Correa, las Borugas de Margarita y Juan Julio Padrón, el lavadero de carro donde Domitilo Ramos (Tido), la bomba de Bobito, la finca de guayaba de Luís Mattar y los encuentros pocos amigables de los muchachos de Rabo Duro y la Policía cuando la perrera (se me olvidaba decirles que la perrera era de color gris celeste, marca Land Cruise y con una lona de camión en el techo) llegaba y se armaba un titingó que los que pasan de los 40 recuerdan como si fuera una de esas películas al estilo Levan Clee.

 

 

POR RAFAEL SANTOS

Director de La Prensa

 
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